Los silencios son para tomar aire desde sus bocas, precisar la palabra que los alienta a los  mutismos enredados por las lenguas, más que lenguas, peces liberados al mar. 

Mendigaron horas! Ceños de aprobaciones inútiles, el tener se volvió verte, desquiciado reprimido verte, cauteloso, suspicaz no tener. Caridad para los pobres, hoy no.

las ondas se desplazan lentamente por su vientre, mientras lo miraba y se le iban los ojos, las olas corren y la alcanzan… la terminan por ahogar.

Se acostó con una fiebre que la dejo con los labios secos, blancos, agrietados por la temperatura, quizás fue su boca enfrentándose con los dientes, en el resistir de no encontrarlo, de mordisquear lo que dejó, los diminutos restos de la mezcla que le provocó tal fiebre.